ESTA “DEMOCRACIA” NO ES MÁS QUE UNA PALABRA
Nos dicen que estamos viviendo nuestro cuarto gobierno en “democracia”. Pero, ¿qué satisfactorio es esto para las millones de familias peruanas? Es difícil responder a secas.
Fujimori en los noventa aceptó implementar todo un paquete de medidas que beneficiaban a un sinfín de empresas extranjeras que luego se enriquecieron abismalmente saqueando nuestros recursos, explotando a nuestra gente y sin pagar impuestos. Vendió nuestras empresas públicas a norteamericanos, europeos y chilenos; creó “contratos ley” para beneficiar a las mineras trasnacionales; despidió a miles de empleados públicos y redujo los derechos a los trabajadores; incluso con crímenes de lesa humanidad garantizó la “paz” para que puedan enriquecerse con tranquilidad los capitalistas extranjeros. Metió represión a los dirigentes populares y masificó el clientelismo político. El fujimorismo ocupó todas las instituciones públicas del país y así les sirvió en bandeja a las trasnacionales todos nuestros recursos. Esto sería el régimen político dictatorial.
Derrotado el fujimorismo, el APRA, el PPC, Acción Popular, el FIM, Perú Posible y en representación de la Sociedad Civil, las ONG’s —por donde se habían camuflado los caviares y pitucos liberales—, se juntaron con los mismos empresarios de la Oligarquía Nacional que durante todo el fujimorismo se habían beneficiado; y, con la intervención de la Embajada Norteamericana durante todo el proceso de transición —como lo recuerda Henry Pease en La Política en el siglo XX—, consensuaron que se daba inicio a la “Democracia”. Perú Posible, el FIM y los caviares en el gobierno Vs. el APRA y el PPC en la oposición. Ese era el nuevo establishment. Se creó un nuevo discurso, una narrativa, una nueva hegemonía, un nuevo engaño al pueblo (que había aparecido luchando contundentemente en las calles durante ‘La marcha de los 4 suyos’). Con una campaña mediática se impusieron sin discusión.
Las licencias a las empresas de medios de comunicación se mantuvieron; las tasas de interés de los bancos se mantuvieron; Antamina y las demás minas que estaban con el régimen de Contratos Ley se mantuvieron; los Derechos Laborales nunca se recuperaron; todas las Empresas Públicas que fueron privatizadas nunca se recuperaron. La estrategia norteamericana de mantener intacto el modelo económico se concretó. Las trasnacionales no verían perjudicados sus intereses. Se anunciaban mayores inversiones colonizadoras como si fueran bendiciones. Se criminalizó la protesta, se privatizó la amazonia, el mar, y el espectro electromagnético. Comenzó, a su vez, el mayor ciclo de protesta social anti-extractivista en el país.
Con encarcelamientos, traiciones y con la huida del líder, desmontaron casi a todo el aparato duro del fujimorismo. Las instituciones fueron copadas por nuevos grupos sectoriales o partidarios del “Nuevo Régimen”. Los “democráticos”, alanistas, toledistas, humalistas, ppkausas, todos neoliberales, diferentes apellidos pero la misma actitud servil… todos se alinearon con los gringos; es decir, solo hubo simples relevos. Revitalizaron al modelo con mayor saqueo y explotación; comenzaron a decir que el neoliberalismo solo era un paquete de medidas económicas de promoción del libre mercado. Mintieron diciendo que todo el problema de los noventa era el “fuji-montesinismo”, y que encerrados ambos, el país se transformaría.
Es así como impusieron la mentira de que en el Perú existe “democracia” y todos los días trabajan neoliberales en la radio, en la tv, los periódicos y en las redes con la intención de establecerlo como sentido común en la gente. Mintieron también al decir que bajo procedimientos electorales, las decisiones las tomaba el pueblo; que votando por algún candidato, era el pueblo responsable del devenir del país. Mientras tanto, lo que la historia de estos años nos va enseñando es que aquí en el Perú, lo que existe es una dictadura neoliberal institucionalizada con la constitución de 1993 en favor de las trasnacionales y en perjuicio del pueblo peruano, que se va quedando sin arroz, papas, agua, peces, minerales, ni selva; y también sin educación, salud, ni pensiones.
Hoy en el Perú, al igual que en la Colonia, los progresistas y liberales vienen esperando qué Virrey es menos tirano, pero no ponen en discusión a la Corona. La izquierda socialista y revolucionaria no puede extraviarse en la falsa contradicción neoliberales Vs. neoliberales. Esta “democracia” no es más que una palabra. Defender esa “democracia” es defender la dictadura neoliberal. Fujimori y PPK son virreyes de los mismos amos imperialistas. Y los revolucionarios queremos un Perú sin amos.
Publicado en Plaza Tomada / 12 - Diciembre - 2017