¿QUÉ CAMINO ELEGIR? UN LLAMADO A LA ACCIÓN POR UN PROYECTO POLÍTICO DE CENTRO EMERGENTE POPULAR
En la encrucijada de la política peruana, ha surgido como propuesta de cambio, el rechazo a los extremos y el resurgimiento del centro político. Sin embargo, en este espacio, nos encontramos frente a dos senderos divergentes: uno que abraza las raíces del pueblo y otro que se aferra a los preceptos liberales. Hoy, más que nunca, debemos preguntarnos: ¿Qué es lo que realmente necesita el pueblo peruano? ¿Un proyecto político que emane del corazón de sus necesidades y aspiraciones, o uno que se adhiera a doctrinas extranjeras sin considerar nuestra idiosincrasia?
Representación auténtica del pueblo: El proyecto político centro emergente popular encarna la verdadera identidad mayoritaria, la de los sectores populares y emergentes, es decir la voz del pueblo. Reconoce las luchas, los desafíos y las esperanzas de los ciudadanos comunes y corrientes, trabajadores, profesionales y empresarios que se desempeñan en la urbe o en el campo. ¿Acaso podemos esperar que un proyecto político de centro liberal comprenda las necesidades de las comunidades rurales, de los trabajadores informales, de los pueblos indígenas? No, porque su enfoque está exclusivamente en los números, en las estadísticas, no en los rostros y las vidas que se ven afectadas por las catastróficas decisiones de la actual casta política.
Soberanía nacional sobre intereses extranjeros: El proyecto político centro emergente popular defiende la soberanía del Perú. No se somete a las presiones de poderes extranjeros que buscan imponer agendas liberales que solo benefician a unos pocos. En cambio, se centra en fortalecer nuestras industrias locales, en proteger nuestros recursos naturales y en garantizar que nuestra economía esté al servicio de nuestro pueblo, no de corporaciones multinacionales.
Justicia social y equidad: El proyecto político centro emergente popular aboga por la justicia social y la equidad. Reconoce que el desarrollo no puede ser medido únicamente por el crecimiento económico, sino por la calidad de vida de todos los ciudadanos. Mientras que el proyecto político de centro liberal como lo fue Toledo, Ollanta, Vizcarra o Sagasti, promueve políticas que benefician a las élites y profundizan la brecha entre ricos y pobres, el proyecto popular se compromete a construir un país donde todos tengan acceso a oportunidades, servicios básicos y una vida digna.
Seguridad Ciudadana: El proyecto político centro emergente popular considera que la prevención, la participación ciudadana, la justicia social, el liderazgo político y el respaldo a la policía con sus estrategias de inteligencia adaptadas a las distintas geografías son fundamentales para la seguridad ciudadana. Reconoce que la represión indiscriminada no solo es ineficaz, sino que también puede socavar los derechos ciudadanos y generar resentimiento hacia el Estado. En contraste, un proyecto de centro liberal, con su enfoque académico, traslada estrategias extranjeras que no han dado resultado en el país, que descuidan las demandas de seguridad esenciales de la gente y se centra en soluciones superficiales, que al desbordarse terminarían reproduciendo las estrategias represivas autoritarias de la derecha conservadora.
Respeto a la diversidad cultural y étnica: El proyecto político centro emergente popular celebra la diversidad cultural y étnica del Perú. Reconoce la riqueza de nuestras tradiciones, lenguas y costumbres, y se compromete a proteger y promover los derechos de todas las comunidades, especialmente aquellas históricamente marginadas y discriminadas. Mientras tanto, el proyecto político de centro liberal tiende a homogeneizar la sociedad, imponiendo modelos culturales y económicos que ignoran nuestra diversidad y perpetúan la exclusión.
En última instancia, la elección entre un proyecto político centro emergente popular y uno de centro liberal no es solo una cuestión de preferencia ideológica, sino una decisión sobre el tipo de país que queremos construir. ¿Queremos un Perú que priorice los intereses del pueblo y defienda su soberanía, o uno que se subordine a agendas extranjeras y privilegie a los de siempre? La respuesta parece clara. Es hora de poner al pueblo peruano en el centro de la política y trabajar juntos hacia un futuro más justo, seguro, y equitativo para todos.